Sin duda que la formación de los
niños, adolescentes y jóvenes en la sociedad actual, demanda de respuestas
innovadoras que trastoquen las estructuras de los sistemas educativos,
reorienten las políticas educativas, exijan nuevas competencias docentes en las
escuelas y comprometan a los padres de familia en la educación de sus hijos. Es
decir, un abordaje integral que finalmente se concrete en la formación de
ciudadanos que contribuyan a mejorar la calidad de vida de las personas.
Pero visto desde la práctica,
¿cuáles son las necesidades de aprendizaje de los estudiantes en la
actualidad?, ¿qué desempeños deben evidenciar los docentes para que contribuyan
a solucionar los actuales y futuros problemas del contexto que los seres
humanos debemos resolver?. Existen
varias preguntas para la reflexión, pero nos limitaremos a dar algunas
respuestas a éstas dos.
La Neurociencia, plantea algunos desafíos para la educación,
que nos ayudan a reflexionar sobre las preguntas planteadas. El dominio de la
Neurociencia para los Educadores es como la
Biología para los Médicos. Los estudiosos que desarrollan esta línea de
investigación, sostienen que, los estudiantes requieren cursar materias o
asignaturas imprescindibles como: Educación Física, Educación Artística, los
Idiomas y a estas se suma El Ajedrez (Guillen, 2015). Un dato más en esta
línea, universidades que lideran el ranking en el mundo: MIT, Harvard,
Cambridge, Oxford; coinciden en exigir a sus ingresantes cuatro rasgos: 1)
demostrar alto rendimiento académico (lo requieren la mayoría de universidades
del mundo), 2) la práctica de un deporte, 3) dominio del arte y 4) los idiomas
extranjeros certificados.
Pero qué aporta la Educación
Física a los estudiantes, a los seres humanos. Es evidente que, “mente sana en
cuerpo sano”, es una de las frases conocidas por la mayoría; pero además de
esto, contribuye al funcionamiento del cerebro y potencia el aprendizaje; mejora
la plasticidad sináptica (conexiones neuronales), genera nuevas neuronas
(neurogénesis) y aumenta la irrigación sanguínea en nuestro cerebro. Y qué pasa
con el Arte?. Bueno, el arte educa la creatividad, contribuye a formar el
compromiso emocional, la perseverancia, reflexión, concentración, belleza,
autocontrol, entre otros beneficios. Los idiomas, entre éstos el inglés, en una
sociedad globalizada son impostergables, de utilidad cotidiana, para buscar
información en internet, conocer otras culturas, turismo, investigación,
pasantías, becas, etc. Y el ajedrez?, es incorporar un componente lúdico a la
educación, educar la concentración, la capacidad de análisis, el aprendizaje de
los errores, entre otros beneficios.
Consideramos que esta es una
alternativa educativa necesaria para ser aplicada desde el hogar, por las
familias, y en la escuela, por los profesores. Como se observa el planteamiento
es integral; pues la práctica en los niños de una actividad física, del arte,
de los idiomas; tiene que iniciar en el hogar, seguir en la escuela con un
currículo que incluya estas necesidades de aprendizaje y con profesores con las
competencias requeridas para este propósito.
Sobre las competencias docentes para
el profesorado, existen propuestas muy valiosas que contribuyen a dar respuesta
al perfil de docentes que los estudiantes necesitan en la actualidad.
Especialistas como Miguel Zavalza (2011), Perrenound (2008), Imbernon (2011),
entre otros investigadores, coinciden en incorporar a las clásicas competencias
de la gestión del proceso de enseñanza aprendizaje, la gestión de la escuela y
el trabajo en equipo; el dominio de las tecnologías de información y
comunicación para aplicarlas en la enseñanza. En esta misma dirección, el
Ministerio de Educación del Perú, en el documento Marco del Buen Desempeño
Docente (MBDD), publicó en el 2012, las competencias que el docente debe
acreditar de acuerdo a las exigencias del sistema educativo peruano.
Son propuestas teóricas valiosas;
sin embargo, requerimos con mayor urgencia la práctica de éstos y otros
planteamientos que contribuyan a la mejora de la calidad de los aprendizajes en
los estudiantes. Lo más cercano a la práctica es, enseñar y aprender con el
ejemplo. Una sociedad que eduque con su cultura, maestros que transmita
testimonialmente el amor por el aprendizaje, por la lectura, la escritura, la
investigación y el uso de tecnologías; padres de familia que dediquen tiempo a
sus hijos para orientarlos y educarlos en valores. Es decir una suma de
esfuerzos que son posibles de hacer y que nos permitirá vencer los bajos
resultados educativos que preocupan a la sociedad peruana. Que los niños
practiquen el deporte, el arte y los idiomas y que los adultos los enseñemos
con el ejemplo.
Referencias Bibliográficas.
Guillen, J. (2015). “¿Qué materias son las más importantes?”. En Forés,
A. Neuromitos
en Educación: El aprendizaje desde la neurociencia. España: Plataforma
Actual. Pp 17-35.
Imbernón, F. (2011). Un nuevo
desarrollo profesional del profesorado para una nueva educación en el siglo XXI. Revista
Educação Skepsis, 2.
Perrenoud, P. (2008). Diez
nuevas competencias para enseñar: invitación al viaje (Vol. 196).
Graó.
Zavalva, M. (2011). Competencias
Docentes del Profesorado Universitario. España: NARCEA