viernes, 19 de marzo de 2010

DINÁMICA DE LA INTERNACIONALIZACIÓN UNIVERSITARIA EN AMÉRICA LATINA

La internacionalización universitaria no es un tema nuevo; sin embargo en América Latina desde la década de los años 90 se ha acentuado notoriamente, expresándose en múltiples dimensiones como: la movilidad de estudiantes y profesores, la formación de redes de investigación, la diversificación de las titulaciones teniendo como marco los acuerdos internacionales que permite la doble y múltiple certificación de los estudios, entre otras.

Los esfuerzos para concretar con éxito la internacionalización universitaria en Latinoamérica, tienen como referente más cercano los progresos de la comunidad europea cuyo punto de partida fue el Acuerdo de Bolonia. La voluntad política de los gobernantes de Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay crearon en marzo del año 1991 el MERCOSUR que es el bloque más fuerte de la región, a diferencia de la Comunidad Andina (Ecuador, Bolivia, Perú y Colombia) creada en 1969 pero que se ha debilitado últimamente con el retiro de Venezuela (2006) y antes lo había hecho Chile (1976).

La universidad latinoamericana requiere convertirse en un sistema que permita el desarrollo de los países, dado que la educación sigue siendo la base para el desarrollo de los mismos. La educación terciaria se perfila como la principal en atención durante este primer siglo del tercer milenio, algo similar a lo ocurrido con la educación básica en el siglo pasado. Los pasos se tienen que dar en conjunto, así lo han entendido las universidades más prestigiosas de la región, a las que se suman otras que siendo jóvenes han comprendido rápidamente la responsabilidad social que forma parte de su misión.

La calidad de la educación superior en la región latinoamericana ha marcado la tercera reforma universitaria; en este contexto, se han avanzando procesos de autoevaluación y acreditación de carreras y universidades. En todos los países de la región existe un marco normativo, en el caso peruano con el SINEACE y su órgano operador el CONEAU.

Esta clara tendencia de buscar calidad en la formación profesional universitaria con carreras y universidades acreditadas, es expresión de múltiples factores, entre éstos destaca, la mejora continua para un posicionamiento en el mercado a través de una marca certificada que en teoría garantizaría el éxito de los egresados en un escenario laboral muy competitivo a escala mundial. En los últimos años, la transnacionalización de las universidades con proveedores cada vez más agresivos en cruzar las fronteras y con la universidad virtual, han puesto en la agenda la globalización de la educación terciaria que aleja cada vez más el sentido de la internacionalización, cuyo concepto central es la cooperación para el desarrollo del saber.

En nuestra región existen estudiantes que cursan estudios en universidades extranjeras sea a través de la modalidad virtual o en las sedes instaladas en su país por parte de los proveedores, la cifra más alta es para Chile con un 12% y sólo el 1% corresponde al Perú. Aún siendo la demanda muy baja, en nuestros países no se tiene un marco legal para el reconocimiento de los títulos o diplomas que se obtienen bajo esta modalidad; sin embargo este es una de las expresiones de la globalización y la mundialización, a las cuales necesariamente se tiene que dar respuesta. El Proyecto Tuning Latinoamérica es una alternativa viable, pero a mediano plazo.

miércoles, 10 de marzo de 2010

LA UNIVERSIDAD PERUANA: REFORMAS, PROBLEMÁTICA Y PERSPECTIVAS.


La universidad en el Perú, durante su historia, evidencia avances y retrocesos. La primera reforma, impulsada por los estudiantes universitarios en 1919, significó la afirmación de la autonomía universitaria y el reclamo estudiantil por beneficios como: mejores profesores, becas, participación en la toma de decisiones, etc.

Entre las décadas de los 60 y los 80 se produce una segunda reforma, caracterizada por la creación del sistema de universidades en el país y el reemplazo de las Facultades por los Departamentos con el ánimo de promover la investigación. Más adelante, esta estructura regresó a su estado anterior, lo que fue calificado como un retroceso.

En la década de los noventa, se produce la explosiva masificación de las universidades. El gobierno de turno legisló a favor de la participación de la inversión privada en la educación superior, generando en pocos años el aumento de universidades, profesores y estudiantes. En la actualidad existen 105 universidades de las cuales sólo la tercera parte son públicas, la población estudiantil sobrepasa considerablemente el medio millón; sin embargo, la atención a los jóvenes sólo es del 25% aproximadamente. En nuestro sistema educativo, la educación superior registra los menores índices de atención, hace pocos años lo fue educación inicial.

La agenda actual en las universidades peruanas, comprende variables de connotada importancia, todas urgentes de ser atendidas en un proceso de reforma: calidad, investigación, financiamiento, acreditación, gestión, legislación, internacionalización, entre otras.

La desatención oportuna a los principales aspectos señalados por parte del Estado, tanto en las universidades públicas como en las privadas, ha generado la crisis de la universidad peruana. Los esfuerzos que se están sumando actualmente desde diversos frentes, especialmente desde la propia universidad, se expresa en la apertura de ésta hacia una etapa de crecimiento en cuanto a calidad.

El proceso de autoevaluación y acreditación de las carreras universitarias está en marcha con carácter de obligatorio. Desde el año 2009 se inició con las Escuelas y Facultades de Educación y, este año seguirán similar proceso algunas carreras relacionadas con las ciencias de la salud. La tendencia es el mejoramiento continuo de la calidad universitaria en todos los programas y carreras profesionales.

La comunidad universitaria, asume con optimismo este proceso y, lógicamente espera resultados positivos que trasciendan a la institucionalidad y se vean concretados en la sociedad peruana. En esta perspectiva trabajaremos los procesos de mojera universitaria con aspiraciones como:

Que el Perú cuente con un sistema educativo articulado en todos los niveles educativos, siendo la universidad quien lidere la modernización educativa que propulse el desarrollo económico y social.

Que el Perú cuente con universidades públicas y privadas de calidad, suficientes en número, que forme profesionales con calidad académica promedio igual o superior a la de las mejores universidades actuales.

Que las universidades públicas y privadas, posean ofertas formativas que respondan a las necesidades y demandas de la sociedad, eficaces con sus métodos pedagógicos y que aporten a la ciencia y tecnología.

Que el Perú cuente con un número suficiente de universidades públicas y privadas donde la investigación y el postgrado sean de una calidad comparable a países líderes en este rubro.

Que las comunidades universitarias vivan la libertad, donde prevalezca el respeto por el otro y su diferencia, el amor a la verdad y al conocimiento, en un marco de altos valores éticos y morales.

martes, 9 de marzo de 2010

PERSPECTIVAS PARA LA FORMACIÓN CONTINUA


Hasta algunas décadas atrás, la formación de los profesionales estuvo básicamente orientada a la formación inicial, siendo la mayor aspiración de los estudiantes obtener el grado académico y el título profesional que acredite sus estudios e iniciar su carrera laboral, siendo el Estado el mayor empleador. Indudablemente que este escenario en los últimos años ha cambiado profundamente generando nuevas tendencias.

Actualmente, en las Instituciones de Educación Superior, básicamente en las Universidades, es posible identificar marcadas diferencias entre la formación inicial y la formación continua de los profesionales.

Esta última, requiere una atención especial. Las Universidades en los últimos años, han incrementado sus matrículas en los estudios de postgrado y postítulo, al mismo tiempo que los sectores sociales, económicos, culturales y políticos, modifican permanentemente sus perfiles con exigencias cada vez más puntuales orientadas a la investigación, innovación, el desarrollo, la tecnología, entre otros.

Pero cómo enfrentar este nuevo escenario. Cómo las Universidades, generan el nexo entre la formación inicial del profesional y la formación continua. Los sistemas de formación flexibles son una alternativa.
Desde nuestro análisis, la formación continua del profesional, tiene como punto de partida el sistema de conocimientos estáticos que éste posee, producto de la formación inicial y de la experiencia laboral acumulada; los mismos que, al interactuar con el avance científico – tecnológico especializado o general, rompe el nexo interfiriendo la actualización profesional.

Pero, ¿cómo generar un sistema dinámico que vincule el saber estático con los nuevos saberes provenientes de la ciencia y la tecnología?. Nuestra respuesta es la Investigación. Todo profesional que investiga, genera sistemas más ricos de conocimientos estáticos que son el soporte para comprender los nuevos aportes de la ciencia. La formación continua tiene que estar centrada en la investigación, además que fortalezca las actitudes profesionales y personales orientadas a la mejora de la persona.

En las Universidades, se debe tener en cuenta este desafío. La formación continua requiere de un especial cuidado y atención, los mejores cuadros académicos de investigadores están llamados a generar una cultura de investigación, de esta manera no se estará solucionando un problema a corto plazo, sino que, a mediano plazo la solución será más duradera. Las sociedades necesitan de profesionales altamente calificados que busquen las mejores soluciones a los problemas para el bienestar de las personas.

LA ALFABETIZACIÓN EN LA AGENDA EDUCATIVA

Son varias las décadas que en nuestro país y en el mundo, se pone en la agenda de los gobernantes de turno, uno de los problemas más complejos de la sociedad: el analfabetismo. Este problema que es la expresión de haber negado a las personas el derecho a la educación, tiene como causa fundamental la desatención del Estado a sus ciudadanos.
En el mundo, a pesar de los esfuerzos que se han realizado desde diferentes organizaciones, en especial la UNESCO, y después de haber llevado a cabo cinco conferencias mundiales sobre educación de adultos, múltiples reuniones con otras organizaciones y de haber propuesto gran cantidad de soluciones, a noviembre del 2005, cerca de la quinta parte de la población adulta, es decir, 771 millones de personas, carecen de una alfabetización mínima.
En el Perú, según los últimos censos nacionales se pudo determinar que en 1940 la tasa de analfabetismo era de 57.6%, en 1961 el 38.9%, en 1981 el 18.1% y en 1993, el 12.8% de la población era analfabeta. Para el año 2005, tenemos dos cifras con una marcada diferencia: el INEI, afirma que la tasa de analfabetismo es de 8.1% y la Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO), sostiene que el 11.1% de peruanos no saben ni leer ni escribir.
Para entender esta situación hay que analizar la realidad, y entre las posibles causas que la han generado podemos destacar dos: la desatención en la alfabetización tanto de jóvenes como de adultos por haber centrado los esfuerzos en la de los niños; y la segunda es la recomendación hecha por el Banco Mundial en las Metas del Milenio para el Desarrollo 2000-2015 a los países en vías de desarrollo de no invertir ni en alfabetización ni en educación de adultos, "[...] ni siquiera se ocupa de los adultos y sus necesidades de aprendizaje" (Torres, 2006).
En nuestro país, la complejidad de enfrentar este problema está asociada a factores como la extrema pobreza, el desempleo, la falta de políticas de atención al área rural entre otros. Es contradictorio saber que actualmente hay aproximadamente 180 000 profesores titulados que no tienen trabajo y que cerca de 3 millones de peruanos no saben leer y escribir y tampoco realizan operaciones básicas de cálculo.
Existen dos preguntas que analizar: ¿por qué no contratar a profesores titulados desempleados para la alfabetización?, ¿por qué dar esta responsabilidad a los soldados del Ejército Peruano?
El Ministerio de Educación a través del Programa Nacional de Movilización por la Alfabetización (PRONAMA), pretende alfabetizar a parte de los pobladores de Ayacucho, Junín y Cuzco con la participación de los soldados del Ejército Peruano, dejando de lado a profesionales que están indudablemente mejor preparados para desarrollar esta labor, lo cual evidencia una escasa fundamentación de esta política.
Experiencias como la española, sistematizada en una importante investigación del Dr. Manuel Martí Puig, Profesor de la Universidad de Jaime I, concluye que la alfabetización de adultos implica la participación de profesores formados en instituciones de educación superior con competencias para educar a los adultos (ninguna universidad pública española existe la especialidad de maestro en formación de personas adultas). No es lo mismo enseñar a leer y escribir a un niño que a una persona adulta, que cuenta con experiencia laboral, social y educativa, y para hacerlo, o para explicarle cualquier otro tema, no es posible utilizar las mismas metodologías ni los mismos materiales, debiendo también advertir que la mayoría de las personas adultas realiza un esfuerzo para asistir a clase después de una jornada laboral.
La tarea de alfabetizar en el Perú demanda una política nacional que comprometa al Estado. Se debe asignar un presupuesto real acorde con la dimensión del problema y contratar a las personas con mayor preparación para atender a estos peruanos que se les ha negado uno de sus derechos fundamentales que es la Educación.